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Oscuro por fuera, pero con luz en el interior. Dulce, pero deliciosamente refrescante. La riqueza de Frangelico reposa en sus raíces. Este elixir dorado nace de la combinación de las avellanas italianas, con destilados y extractos de café, cacao y vainilla. Su equilibrada dulzura lo convierte en la opción ideal para cualquier época del año o cualquier velada. Frangelico siempre sorprende y eleva el espíritu. Ve más allá de la rutina y disfruta de un cocktail sofisticado con el que saborear ese momento especial junto a tus amigos. De la rama a la botella, un valioso legado italiano reside en el corazón de este licor contemporáneo y versátil.
DORADO PÁLIDO CLARO
TEXTURA RICA. AROMA A AVELLANA PRONUNCIADA PERO SUTIL CON NOTAS DE VAINILLA Y CHOCOLATE NEGRO. FINAL EN BOCA DURADERO Y SUAVE, CON UN TOQUE AROMÁTICO.
INTENSO AROMA A AVELLANA.
Según la leyenda, sus orígenes se remontan a más de 300 años, a la presencia de los monjes cristianos
que vivían en las colinas del Piamonte, región del norte de Italia.
Entre sus habilidades para elaborar comida y bebida de alta calidad, se incluía también el arte del destilado,
especialmente en el uso de las avellanas salvajes y otros ingredientes apreciados,
que se utilizaban para elaborar recetas de licores como el que se basa hoy día Frangelico.
Su nombre forma también parte de la misma leyenda local – una abreviatura de Fra ‘Angelico (monje Angélico en italiano)
un monje ermitaño que se cree que vivió en las magníficas colinas del Piamonte durante el siglo XVIII.
Se recogen las avellanas italianas, se pelan y se tuestan. A continuación, se machacan y se dejan macerar en una mezcla de alcohol y agua.
Se destila la infusión de avellanas para obtener un destilado natural de avellanas.
El destilado de avellana se mezcla con extractos y destilados de semillas de cacao, bayas de vainilla, café tostado, y otros preparados aromáticos, para obtener el concentrado de Frangelico.
El concentrado se mezcla con alcohol puro, azúcar y agua con el fin de obtener el vigor necesario para el embotellado. Después, se deja reposar en las cubas entre 6 y 8 semanas, tiempo necesario para que la mezcla alcance el punto ideal de suavidad y equilibrio entre sus ingredientes.